Suelos de tierra

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Suelos de tierra

Capa de 2–5 cm sobre subsuelo.

Una vez aplicados y secos, se sellan y se estabilizan con aceite de linaza para protección contra tránsito y agua. Otros sellantes: sangre de buey, ghee, aceites vegetales o de motor, cera.

Aplicable sobre sustratos compactados o convencionales —contrachapado, OSB (Oriented Strand Board, ‘tablero de virutas orientadas’), hormigón—.

La estancia quedará inutilizada 2–4 semanas, en función del tiempo de secado.

Ingredientes básicos: arena, arcilla, fibras —habitualmente, paja troceada—.

Otros ingredientes: pigmentos, estiércol.

Textura

Depende de los materiales y del acabado.

Arena: basta y gruesa para textura áspera y porosa; fina para superficie más suave y continua.

Paja

Efecto visual, suaviza el suelo, aporta un poco de aislamiento y proporciona fuerza.

Arcilla: más arcilla produce suelos menos porosos.

Fibras: serán visibles en la superficie; grandes y largas crean texturas apreciables, más pequeñas son menos evidentes a la vista y al tacto.

Bruñido: acabado opcional para superficie más suave al remeter la arena y resacar la arcilla.

Encerado: acabado satinado.

Nivel y lisura

Los suelos de tierra se nivelan y alisan a mano con llana, lo que conlleva ligeras ondulaciones; no son totalmente lisos, aunque sí nivelados.

Dureza

Suelos suaves, continuos y de dureza similar a la madera: más duros que el pino y el abeto, menos que el roble.

La estabilización con aceite les confiere plasticidad —similar la linóleo—, se mellan más que se agrietan por sobrecargas o impactos.

Peso

48 kg/m2 suelo de 2,5 cm; aprox. 19 kg/m2 cm

Masa térmica

Mayor cuanto más gruesos. No tan densos como el hormigón o la piedra, pero efectivos.

Impermeabilidad, manchas

La estabilización con aceite y el encerado lo hace duraderos y lavables. Las salpicaduras ocasionales y los vertidos accidentales no los dañan, pero sí la humedad excesiva: si penetra agua por grietas o bordes y permanece bajo el suelo, puede ablandarlo y levantarlo, agrietarlo o separar la capa aceitada.

No son adecuados en zonas donde queden muy expuestos al agua —exteriores, proximidad de vasos, baños con duchas abiertas—; sin embargo, pueden dar buen resultado en baños y cocinas. Las salpicaduras de aceite pueden dejar marcas, pero son manchas poco llamativas y que se atenúan con el tiempo y desaparecen al volver a aceitar el suelo.

Toxicidad

Ingredientes potencialmente tóxicos: pigmentos, aceites.

Usar aceites sin aditivos ni metales pesados, ceras atóxicas y solventes no tóxicos —p. ej. ácido cítrico—.

Los solventes, aun naturales, pueden contener compuestos orgánicos volátiles, que se evaporan tras la aplicación. Una vez seco el suelo sellado, estos compuestos habrán desaparecido y no habrá otro riesgo.

Inflamabilidad

Los suelos de tierra no son inflamables:

Arena, arcilla: ininflamables.

Paja, fibra: aunque inflamable, en el suelo no arde al estar revestida por la tierra.

Aceites, sellantes: inflamables durante su oxidación.

Olor

El suelo es inodoro una vez seco; los aceites y las ceras tienen olor característico que se atenúa hasta desaparecer, y que no es necesariamente desagradable.

El tiempo de persistencia del olor depende del área, de la ventilación, de la temperatura, de la penetración del aceite.

Energía gris

Energía incorporada, energía cautiva.

Añadir tabla de página 33

Color

Amplia gama de colores. Coloración básica proporcionada por la arcilla —negra, gris, morada, roja, naranja, amarilla, verde, marrón—. Otros colores pueden conseguirse añadiendo pigmentos a la masa o al aceite, o aplicando u «color wash».

Los suelos de tierra son de colores terrosos u oscuros per se; el aceite oscurece la mezcla considerablemente.

Grosor

1,5–7,5 cm. El grosor debe decidirse de antemano.

Instalación y tiempos de secado

2–4 semanas.

La masa puede extenderse en un día; puede hacerse en varias aplicaciones dejando «border húmedos».

Bruñido, aceitado, encerado y lustrado de la cera: un día cada operación.

Secado tras extensión: 1 semana.

Secado tras sellado: 1 semana.

Encerado: curación 3–5 días antes de lustrar.

Transcurridos estos plazos, unos días más antes de usarlo.

Para acortar los tiempos de secado: calentadores, ventiladores, ventilación, control de humedad.

Grietas y fisuras

Pequeñas fisuras no son indicativas de debilidad o problemas en el suelo, y son prácticamente inherentes al aspecto de un suelo de tierra, al que confieren naturalidad y belleza.

Materiales y herramientas

Tierra

La tierra para un suelo es una receta con tres ingredientes principales: arena, arcilla y fibra.

Arena

Provee estructura y resistencia. La más apropiada para suelo —capa final, de acabado— es la de grano menor que 3 mm; granulometría mayor hace una mezcla difícil de llanear y suavizar, aunque menor que 6 mm es útil para capa base.

Es muy adecuado que la granulometría sea heterogénea, para que granos pequeños rellenen espacios entre granos grandes.

Son más adecuados los granos con bordes bastos y angulares, porque se encajan y sujetan.

Más basta, suelo más duro, pero más trabajoso acabado fino.

Para suelo, la mezcla puede ser pobre en arcilla y rica en arena.

Arcilla

Conglomerante de la mezcla.

Análisis de la proporción de arcilla

Proporción óptima: arcilla ≥ 20 %, limo ≤ 30 %.

Además de precisos métodos de laboratorio, es posible hacer análisis de campo para saber si las proporciones de los materiales son adecuadas para un suelo.

Limo

Un poco de limo en la mezcla para suelo es bueno (< 30 %): las partículas pequeñas llenan los huecos entre granos de arena y hacen un suelo denso y sólido. Sin embargo, demasiado limo produce fisuras.

Fibra

Provee resistencia contra esfuerzos tensores, lo que minimiza las grietas y fisuras y alarga la vida del suelo. También aislamiento, calidez, suavidad, estética.

Para su uso en suelos, la fibra debe ser fuerte, corta (< 2,5 cm) y con poco valor nutritivo para los insectos y el moho.

Paja

La fibra más usada; tallos que quedan tras cosechar los cereales —trigo, avena, cebada, centeno, arroz—, sin valor nutritivo ni comestibles; no debe confundirse con el heno —hierba seca, alfalfa y otras plantas nutritivas—. Útil para cuadras, acolchamiento, construcción.

En vez de paja, también fibras de otras plantas, de papel e incluso estiércol.

La paja es más fuerte cuanto más reciente.

La preparación de la paja para suelo conlleva trocearla y cribarla.

Preparación de la paja

Picarla —una o dos veces, para tamaño homogéneo— y cribarla —3 mm— para separar semillas, que podrían germinar, y nudos, que entorpecen y dificultan al alisar con la llana.

El cribado es innecesario para capa base, necesario para capa final.

Forma más efectiva de cribar la paja: colocar el cedazo sobre una carretilla, depositar un puñado de paja en él y golpearlo con suavidad desde abajo para que la paja bote.

Aceite

La saturación de la capa superior —~ 1,30 cm— con un sellante transforma la tierra cruda en un material duradero e impermeable. Los selladores más comunes tienen base oleica, el más usado es el aceite de linaza.

Aceite de linaza

Aceite secante: expuesto al aire se oxida y se polimeriza, endureciéndose.

Otros aceites secantes: tung —Vericia fordii—, de semilla de amapola —adormidera—, de perilla —Perilla frutescens—, nuez.

El aceite de linaza crudo endurece lentamente, se trata para acelearar el secado: aceite de linaza hervido. Casi todo el aceite de linaza a la venta está tratado con agentes secantes que contienen metales pesados —cobalto, manganeso—. Aunque es más caro, el aceite hervido y sin aditivos merece la pena.

Normalmente, el aceite de linaza se diluye para que penetre más: dilución 25 % en todas las manos es suficiente para máxima penetración (p. 58). Aplicación de todas las manos —cuatro— en 8 h.

Disolventes

Petroquímicos: acetona, benceno.

Naturales: etanol, metanol.

Biodegradables: D-Limoneno —destilado de piel de cítricos—, dipenteno —presente en algunos árboles de madera blanda, plantas y frutas—.

Dilución

Diluir el aceite secante hervido favorece la penetración en el suelo; 75 % aceite es una dilución óptima para sellar suelos.

Rendimiento:

Cera

Acabado opcional. Añade brillo y repulsión contra el agua.

Se aplica sobre el suelo sellado con aceite después de, al menos, una semana.da.

Ceras apropiadas: abeja, carnaúba.

Pueden contener aceite como solvente.

Pigmentos

La mezcla de arcilla y arena normalmente es oscura, y el aceite la oscurece más. Para alterar este color son necesarios pigmentos intensos.

Incluso usando arena y arcilla claras, tras aceitar el suelo es probable que resulte tan oscuro como con tierra corriente. Es posible añadir pigmento blanco —TiO2— para obtener un color neutro y añadir los colores después. P. ej.: tierra arcillosa roja + TiO2 + pigmento azul → verde al combinarse con los tonos amarillentos de la arcilla (p. 62).

Los pigmentos en polvo deben disolverse en agua antes de añadirlos al barro. Si el pigmento se disuelve con dificultad, añadir unas gotas de jabón ayuda.

Mezcla

Muy importante: probar las mezclas antes de usarlas.

Muestras: arena y tierra

Preparar varias cargas —~ 4l— con los mismo materiales que se usarán para el suelo. Estas se extenderán sobre una superficie apropiada —madera laminada, losa de hormigón; muestras Ø 50 cm—:

  1. Mezclar arena y tierra arcillosa en proporciones distintas, teniendo en cuenta que el suelo de tierra se compone mayormente de arena, y la proporción de arcilla del suelo. P. ej.: —arena:arcilla— 2:1, 3:1, 4:1.
  2. Añadir agua de a poco y mezclar cada vez, hasta masa espesa.
  3. Extender —~ Ø 50 cm × 2 cm (π · 52/4 · 0,2 = π · 25/20 ≈ 4 l)—. Etiquetar cada muestra.

Evaluación

  • Fisuras: muchas grietas indican mucha arcilla, la mezcla requiere arena. Se busca una mezcla que tenga muy pocas o ninguna grieta.
  • Polvo: al sobar la superficie, pueden desprenderse granos de arena; una cantidad pequeña de polvo y arena es normal, si la cantidad es excesiva falta arcilla.
  • Arañazos: la muestra, no estabilizada con aceite, podrá arañarse con la uña, pero debe sentirse dura y resistente; no debe desmigarse ni romperse con facilidad. Una superficie frágil indica poca arcilla.
  • Elección: ante el caso de varias muestras idóneas, tener en cuenta otros factores: apariencia de la superficie, granos de arena visibles, superficie tersa. Hacer más pruebas con proporciones intermedias —2,5:1; 3,5:1—. Si no hay diferencias apreciables, es preferible la mezcla con más arena.

Muestras: fibra

Determinada la proporción de arena y tierra que se usará, hacer pruebas añadiendo fibra —% de la mezcla seca—: 3:1, 0,5 fibra → 0,5/(3 + 1) × 100 = 12,5 % fibra.

  1. Mezclar en seco arena y tierra con las proporciones determinadas.
  2. Separar la mezcla en medidas; añadir agua, añadir la fibra y más agua, si es necesaria, hasta masa firme. Usar cuartos de medida para agregar la fibra (1/4, 1/2, 3/4, 1).
    [a], [t], [f] (1/4, 1/2, 3/4, 1)
    %f = [f]/([a] + [t]) * 100
    [f]
    1/4 -> 6,25 %; 12:4:1
    1/2 -> 12,50 %; 6:2:1
    3/4 -> 18,75 %; 12:4:3
    1 -> 25 %; 3:1:1
  3. Extender y alisar —~ Ø 50 cm × 2 cm—. Etiquetar.

Evaluación

  • Maleabilidad: la fibra la altera, más fibra hace más difícil extender y alisar la mezcla y puede sobresalir de la superficie.
  • Aspecto: la fibra cambia el de la superficie del suelo; consideración estética, subjetiva.
  • Resistencia: la fibra aumenta la resistencia contra tensiones. Muy poca no será útil, demasiada hará la mezcla muy difícil de usar, y en casos extremos el suelo puede resultar blando y quebradizo. Normalmente, 10‒20 % de fibra es una proporción adecuada.

Color

El color de la mezcla puede cambiarse añadiendo pigmento a la misma, con una lechada de color o con aceite tintado. Es importante hacer pruebas de color y añadir cantidades medidas de pigmento, preferiblemente en peso, y nunca más del 5 % del volumen total de la mezcla completa (a + t + f).

Aceitar las pruebas de color secas.

Prueba final

Decidida la receta, reproducir el proceso de instalación del suelo con una muestra mayor —~ 1 m2—: bruñido, aceitado, pulido, encerado.

Cálculo de cantidades

  • Arcilla: ocupa los espacios entre los granos de arena, su volumen apenas contribuye al de la mezcla.
  • Paja: mojada pierde mucho volumen, es desdeñable.
  • Cálculos: considerar como volumen de arena el del suelo más 20 % para compensar pérdidas por derrames, salpicaduras y contracción.

Suelo: S, superficie; g, grosor

Hacer la mezcla

Mezcladora

Mortar mixer mejor que cement mixer: cargas menores que requieren más humedad para mezcla correcta.

Carretilla

Suelo

Consistencia de la mezcla

Aplicación de los suelos de tierra

Suelo de tierra sobre subsuelo compactado

A continuación de los cimientos —stemwalls—, para que se seque mientras se construye el resto.

Consiste en dos capas separadas por una barrera de vapor:

  1. Capa de drenaje. 5‒15 cm. Piedras, ripio, vidrios —aprox. 2,5 cm— que drenen bien para que la humedad no suba al suelo; sin finos, pues podrían obstruir los huecos.
  2. Barrera de vapor. Lona o plástico impermeable sobre la capa de drenaje; si son varias piezas, deben solaparse ampliamente. Para aislamiento térmico entre el drenaje y la capa compactada, superponer varias capas de vidrios, piedra pómez o vermiculita separadas con barrera de vapor.
  3. Mezcla de suelo. 10‒20 cm. Arcilla, arena y grava.
    1. 5 cm sobre la barrera de vapor.
    2. Humedecer por aspersión para no empapar; voltear o rastrillar para asegurarse de que todo el material está húmedo.
    3. Apisonar. Repetir hasta el nivel deseado, menos el espesor para el suelo final —2 cm, normalmente—.

Suelo de tierra sobre subsuelo convencional

La superficie sobre la que se extenderá el suelo de tierra debe ser estable:

  • Suelos de madera sobre vigas flexibles: reforzar.
  • Suelos de tablas: mucha movilidad, pueden agrietar el suelo de tierra. Se puede remediar colocando encima contrachapado o OSB. Sujeciones mejor atornilladas que clavadas: unión más estable, los clavos pueden salirse.
  • Contrachapado, OSB: sellar las juntas con cinta para que la humedad no dañe el material.
  • Losas de hormigón: sellar grietas grandes. Cualquier problema de humedad debe resolverse antes de extender el suelo de tierra, el hormigón debe impedir que el vapor de agua llegue desde debajo: si es necesario, pintar con sellador o colocar una barrera de vapor.

Uniones con otros suelos: colocar separador de madera, metálico o de hormigón contra el que se pueda verter el suelo.

Aplicación

Ventilación: ventanas, ventiladores.

Sobre suelo compactado: humedecer la superficie.

Verter un pozal de mezcla, esparcir con la mano e igualar con llana redondeada: enrasar a ojo o con testigos, buscando una superficie suave e igualada, no es necesario que sea perfectamente lisa, parecerá más natural y confortable con algunas imperfecciones.

Grosor: 1,5‒4 cm. Menos grosor, secado más rápido; más grosor, más masa térmica.

Suelos desiguales: el suelo de tierra puede compensar algunas diferencias, sin son muy grandes es preferible una capa de nivelación.

Facilitar el secado: al cabo de una semana puede aparecer moho o pueden germinar semillas de la paja. Si las condiciones no favorecen el secado, añadir una taza de bórax a cada carretilla de mezcla.

Sellado y estabilización

El aceite de linaza es el más adecuado y económico. Es importante que sea aceite cocido, no crudo.

El suelo debe aceitarse solo cuando esté completamente seco: se habrá aclararado completamente su color.

El aceite penetra mejor si está tibio o un poco caliente; caldear al sol o al baño maría (punto de inflamación 205–285 ℃, ebullición 220 ℃).

Verter un poco de aceite sobre un área pequeña y extender suavemente con cepillo o un trapo.

3 manos; no es necesario esperar entre manos ni diluir el aceite. Cada mano requiere menos aceite, ya que el suelo se va saturando.

El aceite se seca en unos días. El olor puede permanecer un mes o más, pero es soportable tras una semana.

La estancia debe estar bien ventilada.

El aceite no debe quedar sobre el suelo, debe ser absorbido por este y el exceso eliminado; si no, se producirá una capa pegajosa que podría no secarse.

Los trapos saturados pueden arder espontáneamente, sobre todo si están arrugados; secarlos estirados o colgados y lejos de materiales combustibles.

El suelo será frágil durante unas semanas, mientras el aceite se asienta; se puede usar, pero es recomendable, para evitar marcas y surcos, colocar protectores en las patas de las mesas, sillas y demás mobiliario pesado.

Al secarse el aceite, los suelos se oscurecen mucho.

Mantenimiento

Barrer y humedecer para mantenerlo limpio.

Dar una mano de aceite cada 2‒5 años.

Si se daña una zona: limpiar los bordes y eliminar las irregularidades; sirve un cuchillo o una navaja. Hacer mezcla, rellenar el hueco e igualar con llana; dejar secar; aceitar varias veces. Quedarán visibles las uniones.